Santiago de Cuba. –En horas de la madrugada, cierta joven transitaba por La Alameda, populosa arteria de esta ciudad, sosteniendo el teléfono móvil, que por lo general ya ocupa gran parte de tiempo y atención de quienes lo poseen. Cerca estaba la bahía y cerca también el peligro que la muchacha no advirtió, hasta que un hombre, también joven, la acorraló para arrebatarle el equipo electrónico.
La mujer hizo lo que pudo para defenderse, «pero sus fuerzas no se equiparaban con las del malhechor, a quien divisamos desde la patrulla e, inmediatamente, actuamos en defensa de la víctima», describió a Granma el primer suboficial de la Policía Nacional Revolucionaria (pnr), Yanier Venegas Carrión, uno de los efectivos que, en esa jornada, realizaba el correspondiente recorrido nocturno.
«El grito de auxilio resonó y ella cayó al suelo, la pantalla del teléfono se quebró, pero con nuestro accionar frustramos la huida del aprovechado, y lo condujimos a la Estación de la pnr», detalló el policía, quien ha dedicado unos 20 años al Ministerio del Interior. «Tengo 40 cumplidos y no me arrepiento; esto constituye un altísimo honor e insuperable responsabilidad con la seguridad de nuestro pueblo; da sentido y motivo a mi vida».
CON EL DELITO NO HAY ENTENDIMIENTO
En coincidencia con el Segundo Ejercicio Nacional de prevención del delito, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, en la provincia de Santiago de Cuba se han realizado varios juicios orales, públicos y ejemplarizantes, «con total apego a la Constitución y las leyes, de manera particular a las 143 y 151, Ley del Proceso Penal y el Código Penal, respectivamente», precisó Yipsy Pedrera Rodríguez, presidenta del Tribunal Provincial Popular (TPP) de Santiago de Cuba. Así lo afirmó, luego de un intercambio con un grupo de personas que cumplen sanción en libertad, «porque el principio fidelista de ser tratado y tratar a los demás como seres humanos es un pilar de la administración de justicia en Cuba. No podemos obviar que el nuestro es un Estado socialista de derecho y justicia social».
De acuerdo con Pedrera Rodríguez, «en cumplimiento de los periodos establecidos para la realización de los juicios, se han tomado casos de robo con violencia, tres; homicidio, uno; e igual número de casos de hurto, atentado y tráfico de drogas. Han sesionado en los municipios cabecera de Palma Soriano, San Luis y Songo–La Maya, y en cada uno las sentencias han sido rigurosas, con respeto siempre al debido proceso».
En el caso del juicio de robo con violencia, realizado en la zona de La Alameda, «nos referimos a una persona que ya tenía antecedentes penales similares a este, por lo que la Fiscalía solicitó una sanción de 12 años de privación de libertad, y en correspondencia con esto y las prácticas de las pruebas, el tribunal deliberó y emitió el fallo», aseveró Yoendris Rosabal Jerez, presidente de la Sala Segunda de lo Penal del TPP.
En el transcurso del proceso, el acusado tuvo el derecho a la defensa (cuando este no puede contratarlo, el Tribunal lo designa de oficio), y se le da la oportunidad de acceder a las actuaciones con tiempo suficiente. Los juicios ejemplarizantes, dijo, «son consecuentes con la gravedad de los hechos».
Granma pudo constatar que, entre las primeras interrogantes al acusado, no faltaron las relacionadas con el respeto a las garantías del debido proceso. «En la práctica, todos los juicios son ejemplarizantes y, en ese sentido, las puertas de los tribunales populares están abiertas al pueblo. Aquí se imparte justicia en nombre del pueblo, y con su participación se eleva la cultura jurídica y, en consecuencia, también se previene», añadió Rosabal Jerez.
De manera que el juicio ejemplarizante cumple, sobre todo, una función preventiva, y las personas –que por lo general no están al tanto de todos los procesos que realizan los tribunales–, comprueban que, tanto víctimas como victimarios reciben la contestación correspondiente.
«Hay una tendencia, principalmente en las redes sociales e internet, al descrédito de nuestro sistema de justicia, que no hay mano dura con los delincuentes; pero hoy se puede verificar que es todo lo contrario», confesó a este rotativo uno de los individuos que presenció el juicio.
«Creo que en los medios de comunicación, y en el resto de los espacios para informar con veracidad y prontitud, hay que difundir la labor de nuestros tribunales, que tienen como apellido el de popular», sugirió Naylet Hernández Blanc.
Resulta destacable la protección a la imagen e integridad de los involucrados.
Las tendencias actuales muestran que una tipicidad delictiva que se ha incrementado «ha sido la de robo con violencia, ejecutada principalmente por jóvenes de entre 16 y 25 años de edad. Que el Código prevea algunos beneficios para los jóvenes, esto no quiere decir que no se aplique con rigor o que se justifique esa conducta», reflexionó el Presidente de la Sala Segunda de lo Penal.
EL DESCONOCIMIENTO NO EXIME DE RESPONSABILIDAD
«Yo vine como mula, no sé nada de la cocaína que estaba en las chancletas», así declaró ante el tribunal una mujer que, procedente de Jamaica, trajo en su equipaje –específicamente dentro de sandalias y chancletas–, nada más y nada menos que mil gramos de cocaína con un 95 % de pureza, «que iban a producir millones de pesos para los traficantes e incontables problemas sociales y personales. En estos casos la política es de tolerancia cero», dijo con determinación la fiscal Yaslia Caballero Prior.
Según la acusada, había sido contactada vía WhatsApp por un individuo que la convidó a fungir como «mula» para traer, desde Jamaica, miscelánea que debía entregar, una vez de regreso a Santiago de Cuba, a un tal Juan Carlos. «Pero los rigurosos chequeos de la Aduana detectaron diez bolsitas con esa droga, bien resguardados en el calzado. Inmediatamente se procedió al interrogatorio, en el que la señora afirmó estar ajena a todo cuanto se había encontrado».
En el consiguiente operativo, las personas a las que la compañera tenía la misión de entregarles el equipaje acudieron al Aeropuerto Internacional Antonio Maceo Grajales. «Eran dos hombres, incluso con antecedentes penales, entre los que, supuestamente, estaba el mencionado Juan Carlos. De todas maneras, se determinó que el autor principal de los hechos está radicado en Estados Unidos, y siempre sigue el mismo modus operandi», acotó Caballero Prior.
El actuar rápido y el peritaje minucioso por parte de las autoridades, con la inmediata privación de libertad, frustró los intentos de lucrar «a costa de la vida, que es lo más valioso que poseemos, porque el consumo de drogas incide en el aumento de hechos de violencia, de robo y las afectaciones a la salud física y mental son disímiles. Aunque la compañera aseguró que tenía total desconocimiento, esto no la exime de responsabilidad penal», añadió la Fiscal.
Las sentencias de 19, 17 y 13 años de privación de libertad –con su inmediato traslado a los centros penitenciarios correspondientes–, aplicadas a los acusados, demuestran que en Cuba no se admite «ni se admitirá la introducción de las drogas, y el enfrentamiento siempre será enérgico, severo y ejemplarizante», resaltó la representante de este Órgano del Estado.
LA REINSERCIÓN SOCIAL ES UNA APUESTA CONSTANTE
Tanto el Tribunal, la Fiscalía, el sistema penitenciario y el resto de los órganos, organismos y organizaciones, apuestan por la reinserción de todas las personas que cumplen condena, «como consecuencia de los hechos violatorios de la legalidad que cometieron, pero con el marcado objetivo de transformar su actuar», enfatizó la Presidenta del Tribunal Popular Provincial de Santiago de Cuba.
Son numerosas las acciones que se realizan en todos los centros penitenciarios, las comunidades y con las familias de los sancionados. «Para nosotras es una nueva oportunidad, los errores cometidos son del pasado, y rectificar es de sabios», reconoció una de las reclusas que se han insertado en los programas que el TPP desarrolla, y que tuvo en la celebración del Día Internacional de la Mujer «un espacio formativo especial, en el que juezas, trabajadoras de los tribunales y las sancionadas compartimos vivencias y dialogamos sobre el sentido de la vida; inclusive algunas que ya cumplieron, tienen su vínculo laboral en nuestra sede».
Aunque no todos se vindican, muchos rehacen sus vidas y dejan atrás los años en los que cometieron errores graves. «Martí dijo que tenía fe en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud; ese es uno de nuestros estandartes», añadió Yipsy Pedrera Rodríguez.