
Llega al cajón de bateo con lentitud, autoridad y aval. Traza una línea recta en la tierra con la empuñadura del bate, cada vez que llega a home, y adopta una posición de samurái invencible, firme y elegante.
No se equivocaron los que, a propósito de la celebración del v Clásico Mundial, lo incluyeron en el Todos Estrellas histórico de esas lides: En cuatro de esos eventos bateó para 381, con liderazgos en jits con (32), impulsadas (23) y anotadas (19); segundo en jonrones (6); 509 de slugging, 714 de ops, 22 boletos y mejor bateador designado.
A punto de convertirse en el rey del jit en Cuba, le preguntamos si lo desvelan los récords.
«No pienso en ellos. Cuando lleguen, bienvenidos», respondió.
Pero al margen de las marcas, que él irá derribando, una a una, dejemos que hable este hombre, de carne y hueso; este mortal que ha hecho eterno su paso por los diamantes beisboleros.
–¿Por qué en Ciego de Ávila?
–Todos los mentores escogieron a los que consideraron. El primero en pedirme fue el de Ciego de Ávila, y aquí estoy. Dany Miranda habló conmigo, y acepté. No tengo preferencia por equipo alguno. Estoy dispuesto a jugar con todos. Este es mi trabajo, y es un orgullo estar aquí, en un elenco campeón varias veces, que merece un gran respeto en la pelota cubana.
–¿Un espirituano capitán de los Tigres? Preferiría a un avileño.
–Yo lo creo igual, pero eso lo decidieron la dirección y los jugadores, de manera unánime. Tengo mucha simpatía por la afición avileña, que me ha acogido como si fuera uno más de los suyos.
–Y del retiro ¿qué?
–He vivido para el beisbol. Jugar es lo que he hecho toda mi vida. El ser humano, cuando hace algo que le gusta, lo disfruta. Nadie sabe cuándo será el final. Quizá hoy no tenga las mismas cualidades físicas de cuando comencé, pero no ha mermado mi deseo de jugar, sigo motivado. Por mi cabeza no ha pasado la idea del retiro. Pienso jugar la serie que viene, y la otra, y la otra. Físicamente me siento muy bien, aunque uno no sabe qué pasará mañana.
–En una carrera tan larga y brillante, ¿cómo lo han llevado las lesiones?
–Tuve muchas, pero fueron tratadas, y ahora no tengo ninguna dolencia. Entreno todos los días, incluso, en mi casa. No dejo de prepararme, haya o no eventos. Me mantengo siempre activo.
–¿Cuál es el estadio en el que más le ha gustado jugar?
–En el Latinoamericano. Es el más grande, es el coloso, es mítico. He tenido la posibilidad de jugar muchas veces allí contra Industriales, en eventos internacionales, y se vive una magia diferente; pero siento cariño por todos los estadios y las aficiones de Cuba.
–Sus dotes son muy aplaudidas, pero hay aficiones que las han sufrido. ¿Le han chiflado mucho?
–Al principio, como a todos, porque la afición es muy exigente. Eso es normal. Lo hacen para sacarte del contexto, de la concentración, para que falles, más si eres adversario. En el mismo Latinoamericano me han chiflado, pero no recuerdo la última vez que lo hicieron. Hace mucho no recibo un chiflido ni una ofensa. Siempre he sentido el cariño de mi pueblo, a quien me debo.
–¿Cómo lo tratan en las redes sociales?
–No soy muy lector de ellas, a veces aparecen opiniones sin fundamentos, sin conocer en profundidad lo que escriben o dicen. Me concentro en lo mío; en las redes ni publico ni opino. Lo que no me hace sentir bien es mejor desecharlo. Haciendo deporte no se le hace daño a nadie, y en esas redes ofenden y tergiversan criterios.
–¿Pudieran los Tigres volver a discutir un campeonato en Cuba?
–Es muy temprano para decirlo, o vaticinar algo. El día a día es el que nos da el resultado, y todos los días son diferentes en la vida de un ser humano y de un equipo. Ahora arrancamos como lo esperábamos. No sabemos si nos vamos a mantener, pero lucharemos para lograrlo.
–¿Nunca lo han conminado a marcharse del país, a jugar en las Grandes Ligas?
–Han existido propuestas, pero directamente nadie me ha dicho algo así. No quiero politizar nada, pero soy muy apegado a mi familia, a mi tierra. Me hubiera gustado jugar en Grandes Ligas o en otro lugar; permanecer más tiempo en Japón, pero llegué un poco tarde. No tuve el resultado que esperaba; incluso, llegué con lesiones. Muchos dicen que hubiese podido jugar en Grandes Ligas, pero la realidad es que no sucedió. Soy un jugador cubano, que ha permanecido activo 26 series nacionales, y espero romper algunos récords.
–¿Sancti Spíritus?
–Mi patria pequeña, la que quiero y defiendo. No tengo casa en otro lugar, solo allí, junto a mi mamá, mi papá, mi hermano, mi hijo, mi familia.
–¿Cuántos hijos?
–Tengo uno, se llama igual que yo, y tiene 16 años. Ya juega en la categoría juvenil, batea a las dos manos. Está enfocado, superándose. Un día jugaremos juntos, lo estoy esperando.
–Si Cepeda, por ejemplo, lograra la triple corona y lo llaman a la selección nacional…
–Lograr la triple corona no significa estar en el equipo Cuba. Durante 20 años integré el equipo nacional, y una vez, en una Súper Liga, logré esa hazaña. Siempre voy a dar mi disposición a jugar por Cuba y por Sancti Spíritus. En estos momentos estoy centrado en Ciego de Ávila, en la Liga Élite, en mi carrera deportiva y en mi familia.
–¿Qué le ha causado mayor dolor, cuál ha sido la mayor alegría?
–Esas cosas cambian con el tiempo. El mayor dolor será el día que me retire. ¿La mayor alegría? El día que conocí qué era el beisbol.
RESULTADOS DE AYER